miércoles, 9 de septiembre de 2015

Comprende más, acepta más

Una señora intenta estacionar su auto en el parking de un supermercado, pero alguien ha dejado un carrito de compras contra una columna, dificultando la maniobra. La señora piensa, calcula… mientras otro auto espera para avanzar. Su conductor no tiene idea de la existencia del carrito en la columna. Se impacienta, está apurado, insulta a la señora invitándola a que vaya a lavar los platos. Un señor comenta molesto con su esposa, lo antipática que está la vecina del piso de abajo. La critica ácidamente juzgando su mal humor con dureza. No sabe que una de sus hijas está en la fase terminal de una grave y extraña enfermedad. Ejemplos como estos se multiplican hasta el infinito. Desde pequeñeces absurdas hasta situaciones gravísimas. Juzgamos, opinamos, criticamos, sin tener la menor idea. No tenemos a la vista todos los detalles, no logramos comprender que no contamos con la foto completa, que nos movemos en base a una perspectiva sumamente limitada. Y no lo hacemos de manera “aséptica”. No mantenemos una postura objetiva, no formamos nuestra opinión sin involucrarnos emocionalmente. Nos apasionamos generando así mala onda, energía negativa que nos contamina y, esparciéndose, contamina todo el entorno. Comprende más. Acepta más. Observa más. Reconoce que hay, seguro, cosas que no sabes acerca de la persona o de la situación que te fastidia y que por lo tanto criticas. Deja de lado esas actitudes nocivas y reemplázalas por una comprensión mayor. Pon una dosis de paciencia en tu vida. Pon amor y aceptación, contempla con ojos más dulces la realidad que te rodea y todo lo que toques, mejorará.

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