miércoles, 1 de febrero de 2017

Transformando hábitos

Tus hábitos en la vida son útiles y necesarios. Hasta cierto punto. Conducir tu auto pensando en el freno o el acelerador no tendría sentido. Tampoco lo tendría que te cepillases los dientes siendo consciente de cada movimiento del cepillo. Pero hay otros hábitos que sería bueno que revisases cada tanto. Cosas que tuvieron sentido en algún momento, pero que ya no. Reacciones ante determinados comportamientos de los otros, ante ciertas circunstancias de la vida aprendidas hace años. Ponerte a la defensiva ante un comentario crítico o sentirte amenazado por un nuevo integrante de tu equipo son reacciones que más te valdría reemplazar. Pero para eso, primero debes tomar conciencia de que algo así está sucediendo. Tarea complicada cuando de hábitos enquistados con el tiempo se trata. Empieza por los más simples y evidentes. Desafíate a esparcir la crema de afeitar en la cara, o el shampoo en la cabeza, o a cepillarte los dientes o a peinarte, con la mano izquierda si eres diestro, y al revés. Y toma conciencia de lo que te pasa. Con una sonrisa. No te fastidies por tu torpeza, recuerda que sólo se trata de un ejercicio. Identifica cada uno de tus hábitos cotidianos y empieza a cambiar algo en ellos. Toma un camino diferente, desayuna algo distinto, y haz que sea de manera consciente. Poco a poco irás descubriendo hábitos más profundos, más dañinos que aunque alguna vez quizás te protegieron, hoy te paralizan, te impiden crecer y desarrollarte como persona. Darte cuenta es el primer paso en tu camino hacia reemplazar un hábito ya inútil por uno mucho más sano y productivo.

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