martes, 20 de junio de 2017

Frustración

Si las cosas no salen como esperabas puedes resignarte y darte rápidamente por vencido. Luego puedes sentarte a explicar todas las razones por las cuales las cosas fueron como fueron. O bien, puedes enojarte. Puedes permitirte sentir a fondo la frustración. Puedes sentir rabia. Es lo mejor que podrías hacer. En la medida en que, claro, puedas sentir la enorme energía que yace en esos sentimientos. Date el permiso de sentir lo que sea que surja dentro de ti. Y luego redirige esa energía, transfórmala y haz que fluya, fortaleciéndote. Permítele actuar como un motor que te empuje a rediseñar el plan, a reformular las maneras, a replantear los métodos y a ponerte en marcha una vez más, ajustando lo que sea necesario a partir de las lecciones aprendidas. Resignarte no es una opción. Súbete a la energía de tu frustración y sácale el mayor de los provechos.

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