El juego de tu vida

Donald Shimoda, el maestro devenido en mesías en el libro de Richard Bach ‘Ilusiones’, decía que la vida es como una película, una de esas viejas películas que venían en un carrete. Según él, toda tu vida estaba allí, desde los primeros pasos hasta el “FIN”. Para que cobrara sentido, había que ponerla en un proyector –esta vida-, y proyectarla –vivirla-. Siempre me gustó esa idea pero a la vez, siempre me faltó algo. Aceptar ese concepto era como aceptar que todo estaba ya decidido de antemano. Me siento mucho más cómodo, ahora, con esta otra analogía: Tu vida es como un juego de realidad virtual, con tramas y finales múltiples y alternativos. Es verdad, en el plano del Todo el tiempo no existe, es una ilusión más de todas las que debes aceptar para que tu vida en este plano, en este redondo planetita tenga lugar. Así, toda tu vida estaría contenida no ya en un carrete de celuloide, sino en un disco duro de un PC. Pero, al igual que con la vieja película, también ahora necesitas un reproductor. Este mundo sigue siendo el reproductor, y tú eres el jugador. El desarrollo del juego y el final del mismo depende de las decisiones que tomes, de las cosas que hagas y de las que dejes de hacer. No pierdas nunca de vista que quien tiene el joystick en las manos eres tú. Juega el juego de tu vida con compromiso, concentrado y por sobre todas las cosas, divirtiéndote. Porque al fin y al cabo, de eso se trata esta historia.