jueves, 16 de noviembre de 2017

Déjales ser

Deja de esperar de los demás, algo que no pueden darte. Es tuyo el problema, es tuya la limitación; no es de ellos. Esa frustración que sientes es perfectamente evitable. Bastaría que no esperases de tu hijo, tu pareja, tu padre o tu amigo, de tu jefe o de quien fuese… bastaría que no esperases que actuasen como tú querrías que lo hicieran. Deja de lado las demandas y las expectativas, que quien es callado, callado es. Y quien a tu criterio es lento, o atolondrado, o parlanchín, introvertido, desfachatado o lo que sea, tiene también otro montón de características que podrías valorar. Esas que tú consideras debilidades podrían muy bien resultar fortalezas. Deja que el otro sea tal cual es. Déjale ser. Acéptale tal como es. Respeta su esencia. Valórale. No intentes cambiarle. Ese otro, tú mismo, y la relación, todos lo agradecerán.

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